UNIDAD #1 ASPECTOS CONCEPTUALES
1.1 Salud
Nombre femenino, es un estado que un ser u
organismo vivo no tiene ninguna lesión ni padece ninguna enfermedad ejerciendo
con normalidad todas sus funciones. “La organización mundial de la salud dice,
que la salud es un estado de completo bienestar físico, social y emocional.
René Dubos: La salud es principalmente una medida
de la capacidad de cada persona de hacer o de convertirse en lo que quiere
ser”.
La salud mental es un concepto que se refiere al
bienestar emocional y psicológico del individuo. Merriam-Webster define salud
mental como; el estado del bienestar emocional y psicológico en el cual un
individuo pueda utilizar sus capacidades cognitivas y emocionales, funcionar en
sociedad, y resolver las demandas ordinarias de la vida diaria.
1.2 Dimensión de la
salud mental en la salud publica
En general la salud mental y los problemas
mentales, al igual que la salud y la enfermedad, están determinados por muchos
factores que interactúan en forma social, psicológica y biológica. La mayor
evidencia se refiere a los riesgos de enfermedades mentales, los cuales en los
países desarrollados y en vías de desarrollo están asociados con indicadores de
pobreza, incluyendo bajos niveles de educación.
La asociación entre pobreza y trastornos mentales
parece ser universal, ocurre en todas las sociedades, independientemente de sus
niveles de desarrollo. Los factores tales como la inseguridad y la desesperanza,
el rápido cambio social y los riesgos de violencia y problemas de salud física
pueden explicar la mayor vulnerabilidad de las personas pobres en cualquier
país, a desarrollar enfermedades mentales. Los problemas de salud mental,
sociales y de conducta pueden interactuar intensificando los efectos que cada
uno ejerce sobre la conducta y el bienestar.
La salud mental de cada persona puede verse
afectada por factores y experiencias individuales, la interacción social, las
estructuras y recursos de la sociedad, y los valores culturales.
UNIDAD #2 MAGNITUD DEL PROBLEMA DE LA SALUD MENTAL
2.1 Epidemiologia de las enfermedades
mentales
Hay una gran variedad de trastornos mentales, cada
uno de ellos con manifestaciones distintas. En general se caracterizan por una
combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las emociones, la
conducta y las relaciones con los demás. La prevalencia de los trastornos
mentales continúa aumentando, causando efectos considerables en la salud de las
personas y graves consecuencias a nivel socio económico y el ámbito de los
derechos humanos en todos los países.
Ø Depresión: la depresión es un trastorno mental
frecuente y una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo. El
paciente con depresión presenta tristeza, perdida de interés y de la capacidad
de disfrutar, sentimientos de culpa o baja autoestima, trastornos del sueño o
del apetito, cansancio y falta de concentración.
Ø Esquizofrenia y otras psicosis: las psicosis entre
ellas la esquizofrenia, se caracteriza por anomalías del pensamiento, la
percepción, las emociones, el lenguaje, la percepción del yo y la conducta. Las
psicosis suelen ir acompañadas de alucinaciones.
Ø Demencia: en el mundo hay unos 47,5 millones de
personas que padecen demencia. Este trastorno de naturaleza crónica y
progresiva se caracteriza por el deterioro de la función cognitiva. La demencia
afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el
cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio.
2.2
Multicausalidad
- Las pérdidas y la muerte: Cuando perdemos a alguien o algo que valoramos es posible que nos sintamos abrumados por la aflicción. La aflicción es una reacción natural que nos ayuda a adaptarnos a las perdidas. Sin embargo, si sufrimos de varias pérdidas a la vez, o si sufrimos de mucha presión en nuestra vida diaria, es posible que comencemos a desarrollar problemas de salud mental.
- Los traumas: Un trauma amenaza a nuestro bienestar físico o mental. Como resultado de esto nos sentimos en peligro, inseguros, impotentes e incapaces de confiar en el mundo o en la gente a nuestro alrededor. Los traumas que sufrimos cuando éramos niños, antes de poder comprender lo que nos estaba sucediendo o de poder hablar de ellos, puede afectarnos durante muchos años sin que nosotros mismo lo sepamos
- Las presiones de la vida diaria: Las actividades y los eventos de la vida diaria generalmente nos ponen bajo presión que nos causa tensión física y mental. La tensión puede deberse a problemas físicos, como enfermedades o exceso trabajo. También puede deberse a lo que nos sucede emocionalmente, como el tener conflictos familiares.
- Los problemas físicos: Algunos problemas de salud mental se deben a problemas físicos, tales como;
§ Las hormonas y otros cambios en el cuerpo
§ El exceso de medicamentos, o los efectos
secundarios de algunos medicamentos
§ El abuso de las drogas y del alcohol
§ Los derrames cerebrales, la demencia y las
lesiones de la cabeza.
2.3
Especificidad e influencia de:
2.4 Herencia
La Herencia, según los
estudios biológicos, es la dotación cromosómica de cada uno de nosotros. Es el
proceso por el cual el ser humano origina nuevos seres parecidos a ellos,
mediante la transmisión de caracteres de ascendientes a descendientes. Y el
Ambiente es todo lo que sucede alrededor de cada individuo con la dotación
cromosómica. Viendo esto podemos decir que la herencia está plenamente enlazada
con el ambiente. Todos sabemos que cada individuo tiene una personalidad
diferente. Sin embargo, ¿qué es lo que realmente contribuye a la
individualidad? La personalidad tiene una naturaleza muy compleja y enrevesada.
Sí que se ha establecido que puede tener implicaciones evolutivas importantes,
pero la determinación de un método para probar las bases genéticas de la
personalidad ha demostrado ser difícil de realizar. Para evitar confusiones, es
importante establecer exactamente lo que significa “personalidad. La variación
de la personalidad también incluye tanto las diferencias permanentes en la
personalidad (como una naturaleza agresiva o sumisa) y los efectos ambientales
temporales que alteran la expresión de la personalidad (como la agresión cuando
se provoca). Algunos científicos, como Ned Dochtermann y Andrew Sih, están
trabajando para determinar qué parte de la personalidad de un individuo se
hereda a través del tiempo, y las implicaciones evolutivas de la herencia de la
personalidad.
Los investigadores en
genética de la conducta entienden que los factores hereditarios intervienen, y
bastante, en muchas conductas complejas, incluyendo capacidades cognitivas,
personalidad y psicopatologías. Durante nuestro desarrollo humano hay 4
potencialidades desarrolladas y que en gran medida son cedidas por la herencia.
El ser humano efectuará:
1. Desarrollo físico: La
evolución del ser, su crecimiento, su alimentación y cuidados físicos.
2. Desarrollo mental: El
pensamiento, la evolución educativa, etc.
3. Desarrollo emocional:
El psique del individuo, sus sentimientos, sus deseos, etc.
4. Desarrollo social: Relaciones con los demás y
la sociedad.
Dentro de cada
individuo existe un genotipo que recibe de sus progenitores. El Genotipo es un
conjunto de genes que cada individuo posee. Todas las células del ser
pluricelular poseen el mismo genotipo y esta no varía a lo largo de su vida. Todas
las células de un organismo heredan los mismos genes, pero éstas deben
transcribirse y traducirse y es ahí donde puede intervenir el medio ambiente.
El ambiente puede ir variando a lo largo del tiempo y con ello el individuo.
Según los estudios sobre la herencia nos dice que la herencia nos da la inteligencia
propia, pero según Gaiton en su obra "Hereditary Genius" trata de
plantear si la inteligencia se hereda o se tiene que adquirir.
En estos estudios sobre
la genética en general, podemos encontrar la herencia en 4 tipos:
1. Herencia Dominante
2. Herencia Intermedia
3. Herencia Ligada al Sexo
4. Herencia Multifactorial
Cuando se heredan
alelos idénticos de ambos padres son homocigótico, al contrario que los
heterocigóticos que son cuando los dos alelos son diferentes de los cuales uno
es dominante y el otro es recesivo.
- ·
Herencia dominante: Cuando uno de los alelos anula o enmascara la
expresión del otro. Al primero se le llama Gen Dominante o activo y al segundo
se le llama recesivo.
- ·
Herencia Intermedia: Se da cuando ambos alelos tienen la
misma fuerza.
- ·
Herencia Ligada al Sexo: El Daltonismo, La hemofilia.
- ·
Herencia Multifactorial: Esquizofrenia, el labio leporino,
etc.
En cuanto a la
influencia del ambiente, como relación entre herencia-ambiente, es necesario en
el desarrollo de la evolución de un ser. La herencia y el ambiente son dos
realidades que están complicadas en la vida nuestra en el desarrollo físico,
cognitivo, psicosocial y moral. Al igual que el ser humano efectúa 4
potencialidades desarrolladas de la herencia, el ambiente influye también al
ser humano en 4 potencialidades:
1. Ambiente Físico:
Personas que le rodean y están pendiente de él y del desarrollo de su vida.
2. Ambiente Mental: Pensamientos que influyen en
su personalidad.
3. Ambiente Emocional: El
cariño, la comprensión y otros factores influyen en el desarrollo sentimental
del individuo.
4. Ambiente Social:
Sociedad, el comportamiento de los individuos que le rodean.
Es imposible separar la
Herencia del Ambiente. En el ambiente materno es donde se desarrolla el gen
humano, la apariencia del individuo y la relación de los genes y el ambiente de
una persona. El ambiente escolar, la lectura, las matemáticas, la lengua,
etc... Influyen en el desarrollo mental del niño. La Herencia nos da, como
hemos dicho anteriormente, la inteligencia y el ambiente es la fuente creadora
donde desarrollamos la inteligencia.
El ambiente social y la
experiencia son factores muy importantes en la conducta humana. El ambiente y
la herencia son dos factores que influyen directamente en nuestras vidas desde
que nacemos hasta que nos morimos.
La enfermedad mental es un problema social de gran
magnitud que afecta a un gran número de personas hoy en día y que no tiene
distinción social, ya que una de cada cuatro personas padece una enfermedad
mental a lo largo de su vida con independencia de su raza, su cultura o su
nivel económico. El enfermo mental debe afrontar la enfermedad en sí misma y
los perjuicios y la discriminación que la sociedad le plantea por padecerla.
Hoy en día aún se estigmatiza al enfermo mental. La enfermedad mental son
alteraciones del cerebro que producen desviaciones en el pensamiento, la
percepción, las emociones y la conducta que dificulta la adaptación de la
persona al entorno cultural y social en que vive, creando malestar en el
individuo.
El rechazo de la sociedad implica, problemas de
índole sanitario, laboral, de vivienda o de relaciones sociales. Además el
rechazo de las familias provoca el retraso del diagnóstico y del tratamiento, y
el enfermo llega al médico muchas veces gravemente deteriorado y con una
enfermedad que arrastra desde varios años atrás. La enfermedad mental no se considera una
dolencia más dentro del abanico de las enfermedades existentes sino que
pasa a definir al individuo, que se ve
desprovisto de su propia personalidad y que se convierte en un estereotipo que
condiciona su existencia.
2.6 Familia
El trabajo del médico se desarrolla alrededor de
la salud de sus pacientes y de sus familias. Esto requiere de un conocimiento
de los fundamentos de la integración familiar, su organización y la influencia
que ejerce sobre cada uno de sus miembros.
La familia, en cada una de sus modalidades, es el
núcleo fundamental sobre el cual se mueve un país. Su trabajo consiste en
fomentar el desarrollo de cada uno de sus miembros, transmitir los valores y
cultura del pasado y del presente a los hijos, así como inculcar los valores
morales transmitidos de generación en generación. La construcción moderna de la
sociedad ha llevado a las familias a
recibir influencias provenientes no solo del medio ambiente cercano, sino de la cultura presente en el ámbito
escolar, en la colonia en que se desenvuelven, de los medios de comunicación nacional
e internacional, etc. Lo anterior puede favorecer el crecimiento de los miembros
de la familia o llevarlos a buscar recursos fuera de la familia para satisfacer
sus necesidades. La fortaleza de la familia no radica necesariamente en una
composición clásica de la misma formada
por los padres y los hijos, sino en el manejo que tanto los padres y los demás
miembros realicen de las situaciones cotidianas.
Ø La familia
como sistema: La familia como
sistema abierto funcional permite el crecimiento de todos sus miembros
adaptándose a las necesidades de cada uno de ellos y por otro lado también se
encuentra en interacción con otros subsistemas cercanos como familiares, amistades
y todos ellos dentro de un sistema mayor como es la sociedad en que se desarrollan.
De ahí que es entendible que estos subsistemas también influyan sobre el sistema
familiar que requiere contar con la flexibilidad suficiente para continuar integrados
a pesar de las influencias externas.
Ø Familia
extensa: Se encuentra
integrada por dos o más generaciones (abuelos, tíos, primos, etc., que
comparten un terreno o una misma vivienda donde todos participan en el
funcionamiento de la misma. Tienen como característica tener ligas genéticas y habitualmente
existe un una organización jerárquica que determina las actividades a realizar
y facilitan la convivencia entre sus miembros.
Ø Familia funcional
o flexible: Este sistema no solo
incluye miembros unidos por consanguinidad, sino puede encontrarse
personas ajenas que conviven por
afinidad en el grupo. Su característica más importante es que sus miembros
conocen los límites que tienen y a la vez todos los miembros coexisten dentro
de un marco de flexibilidad de funciones
Ø Familia nuclear o nuclear
conyugal: Clásicamente formado
por un hombre y una mujer (aunque se acepta más de un integrante como esposo o
esposa) más los hijos unidos por consanguinidad que participan en la unidad por
lazos de afecto, intimidad e identificación.
La familia como pilar fundamental de la formación
humana, necesita de unos ingredientes para armonizar el día a día entre todos
sus miembros, tales como: amor, respeto, cooperación, tolerancia, sueño,
alimentación, esparcimiento, entre otros.
2.7 Fenómeno social
Los grandes problemas sociales que están
demandando urgente solución en nuestra sociedad contemporánea:
Ø Dificultades específicas de ciertos grupos de edad
(niñez, adolescencia, ancianidad)
Ø Alcoholismo, uso, abuso y dependencia de drogas no
institucionalizadas
Ø Conductas autodestructivas orientadas a la
consecución del modelo estético impuesto desde los medios; bulimia, anorexia,
trastornos alimentarios
Ø Violencia hacia uno mismo y hacia terceros;
suicidios, homicidios
Ø Accidentes en el hogar y en la vía pública
Ø Insensibilidad frente al sufrimiento humano.
Ø Pautas de exclusión social; apatía, indiferencia,
superficialidad, desinterés, falta de solidaridad, individualismo,
competitividad, que resultan indicadores válidos de deterioro estructural de
los principios vitales (valores, creencias y congruencia con las acciones)
Ø Expansión de las enfermedades degenerativas, auto
inmunes, cardiovasculares, tumorales, otras.
Ø Discriminación y aislamiento social por razones
étnicas, estéticas, entre otras.
Ø Condiciones de vida generadoras de estrés y pautas
de afrontamiento cada vez menos efectivas, que se traducen en problemas de
ansiedad (ansiedad generalizada, fobias, pánico, angustia, depresión, otras)
Ø Inseguridad y crisis del sistema de protección de
las personas y sus bienes, entre muchos otros.
El factor medio ambiente se inserta en el modelo
tradicional de salud en forma de añadido y tanto los aspectos sociales como los
de salud mental, se hallan replegados en sí mismos. Se interfiere así con la
posibilidad de desarrollar una concepción de salud dotada de un carácter
holístico –integrador.
El hecho de definir el problema de la salud en
términos de la enfermedad biológica conlleva limitaciones en la producción de
conocimientos sobre el proceso de salud
– enfermedad colectiva.
La salud y la enfermedad son manifestaciones de
las relaciones cambiantes y dinámicas entre los componentes del grupo y, entre
éstos y el medio ambiente. Parece ser que no existe la enfermedad como
“naturaleza pura” sino que siempre está mediatizada por “lo social” y el
entorno cultural. Cada conjunto social tiene su perfil de salud enfermedad
propio determinado por la interacción de un conjunto de circunstancias
biológicas, sociales, culturales,
económicas, ecológicas, políticas, otras, en un momento histórico dado,
y por su capacidad para eliminar o contrarrestar los procesos productores de
enfermedad.
La salud es
un fenómeno social que refleja el grado de satisfacción colectiva de las necesidades vitales de una población.
UNIDAD #3 TRABAJO SOCIAL Y SU INTERVENCIÓN EN LA SALUD MENTAL
3.1 Conceptualización
La Salud Mental, forma parte de la salud integral
de las personas, está relacionada con
las posibilidades de un desarrollo emocional, afectivo, intelectual, laboral, y
con la capacidad de integrarnos al medio social y cultural. Nuestro estado de
ánimo nos influye en todos los aspectos de nuestra vida, modificando nuestras
acciones y a veces, bloqueando otras acciones que impiden que consigamos
nuestras metas sobre todo nos influye en nuestro medio social. Por tanto, la
salud mental no solo está limitada a la “enfermedad mental y su tratamiento
clínico”, también se trabaja desde la rehabilitación y reinserción social
porque también es necesario adaptarse en el ambiente social.
¿Cómo surge el
Trabajo Social dentro de la Salud Mental?
En un principio, se definió al trabajo social en
salud mental como “trabajo social clínico” en la década de los 70. Surge, en
parte, a raíz de la desvaloración del (Casework), que se había formado en
algunos sectores profesionales por parte de trabajadores sociales que
consideraban que el cambio en las estructuras sociales posibilitaba la mejora
de la situación de las personas y consecuentemente, pusieron énfasis en el
Trabajo Social de Comunidad, negando todo valor a otras formas de intervención.
Más tarde, este enfoque fue desarrollándose influenciado
por una evolución de la asistencia psiquiátrica que hasta entonces se reducía
en una organización manicomanial. Psiquiatras de diferentes de diferentes
instituciones empezaron a darse cuenta el valor de los datos sociales del/la
paciente y, por consiguiente, el papel de la profesional en Trabajo Social se
fue incorporando de forma gradual a los Equipos de Salud Mental. Por tanto, lo
que pretendía el Trabajo Social desde la Salud Mental era la normalización
del/la paciente en su ámbito social previniendo situaciones de rechazo,
pobreza, desempleo, aislamiento social, problemas de alojamiento… Todo ello,
como consecuencia de una enfermedad mental o discapacidad psíquica
diagnosticada a la persona.
El Trabajador Social Clínico busca el cambio a
través de:
ü La relación interpersonal
ü Cambiando su situación social
ü Cambios en la relaciones con sus personas
significativas vitales
Para ello, el trabajador social incluye “lo
social” dentro de la salud mental de nuestros usuarios, porque es el
especialista en ello, en recursos y servicios sociales y, como no, en las
relaciones comunitarias. Y dentro de estas relaciones, tiene un lugar
privilegiado las relaciones familiares que, como insistimos siempre, tan
importantes son para el curso de la enfermedad.
3.2 Funciones
La función principal que tiene el/la trabajador/a
social en el equipo de salud mental es incorporar el factor social de los
problemas de salud mental, colaborando en la continuidad de los cuidados,
aportando los recursos necesarios para la integración y reinserción social de
la persona con enfermedad mental, incluyendo su intervención en el tratamiento
de los problemas psico-sociales. Se considera otra función importante la de
identificar y evaluar los riesgos a corto y medio plazo, así como tener en
cuenta las capacidades que conserva todavía el/la paciente y potenciarlas en un
determinado plan de intervención.
De forma esquematizada, quedaría establecidas
algunas de las funciones de la siguiente manera:
ü Atención individual y familiar.
ü Trabajo Interdisciplinar.
ü Coordinación y trabajo comunitario.
ü Prevención, promoción e inserción social.
ü Programa específico de carácter permanente en
salud mental infanto-juvenil.
ü Programa específico en salud mental de adultos.
En definitiva, la intervención social en Salud
Mental, trata de ayudar a la persona a tratar de comprender a qué obedecen sus
conductas y cómo todo ello incide en las personas que le rodean, trabajando las
posibilidades enmarcadas dentro de la realidad y superando crisis,
dificultades, carencias y pérdidas implicando a la persona en la resolución de
sus problemas y la gestión de los recursos sociales, permitiendo en todo
momento que resurjan alternativas tanto en lo personal, familiar o social a
través del soporte que se estable en el tiempo que dura la relación
terapéutica.
¿Cuáles son
las funciones del/la Trabajador/a Social en Salud Mental?
Los equipos profesionales que trabajan en la Salud
Mental son multidisciplinares donde encontramos: psiquiatras, psicólogas,
enfermeras, trabajadores/as sociales,
terapeutas ocupacionales
El/la Trabajador/a social atiende a los aspectos
de la realidad humana que se orientan hacia su desarrollo desde una perspectiva
integrada, autónoma, digna y de bienestar. Aplica el modelo del Trabajo Social
Clínico dirigido a individuos, familias y grupos con dificultades de relación a
situaciones de estrés psicológico y social o problemas de salud
física/psíquica.
v Familia. Orientar, asesorar, valorar necesidades y
fortalezas, vincularles al proceso de rehabilitación.
v Formación y empleo. Motivar al estudio y al
empleo, orientando al itinerario más adecuado para las circunstancias de cada
persona.
v Relaciones sociales. Creación o ampliación de red
social de la persona que le permita su adecuada integración social.
v Autonomía social. Orientar y enseñar a usar los
recursos comunitarios, las prestaciones sociales y de apoyo.
3.3 Niveles de intervención
La función principal que tiene el/la trabajador/a
social en el equipo de salud mental es incorporar el factor social de los
problemas de salud mental, colaborando en la continuidad de los cuidados,
aportando los recursos necesarios para la integración y reinserción social de
la persona con enfermedad mental, incluyendo su intervención en el tratamiento
de los problemas psico-sociales. Se considera otra función importante la de identificar y evaluar los riesgos a corto y
medio plazo, así como tener en cuenta las capacidades que conserva todavía
el/la paciente y potenciarlas en un determinado plan de intervención.
De forma esquematizada, quedaría establecidas
algunas de las funciones de la siguiente manera:
ü Atención individual y familiar: En Trabajo Social,
la atención individualizada constituye el principal recurso a fin de integrar
el informe pericial, debido a que permite profundizar en el conocimiento de los
individuos que requieren de atención especializada, así como de su entorno
social. La intervención familiar es una estrategia clínica de origen sistémico,
o sea que involucra a la familia como grupo, y así mismo pone en juego todas
las energías de relación que existen en el sistema familiar, en ese momento.
ü Trabajo Interdisciplinar: Se aplica en el campo
pedagógico al tipo de trabajo científico que requiere metodológicamente de la
colaboración de diversas y diferentes disciplinas y, en general, la
colaboración de especialistas procedentes de diversas áreas tradicionales.
ü Coordinación y trabajo comunitario: El servicio
comunitario es un servicio donado, o actividad que es hecha por alguien o por
un grupo de personas para beneficio del público o sus instituciones.
ü Prevención, promoción e inserción social:
·
Prevención
Primaria: intentando evitar la aparición del problema y la situación causante
del riesgo.
·
Prevención
Secundaria: reconociendo individuos o grupos sociales de alto riesgo, y
trabajando para evitar la consolidación de las problemáticas que presentan.
·
Prevención
Terciaria: interviniendo en situaciones y contextos problemáticos ya
establecidos, paliando las consecuencias negativas.
ü Programa específico de carácter permanente en
salud mental infanto-juvenil: son
servicios de atención ambulatoria especializada en atención psiquiátrica y
salud mental, dirigido a las personas, menores de 18 años, que presentan un
trastorno mental, en cualquiera de las etapas evolutivas de la enfermedad, que
por su gravedad y / o complejidad no pueden ser atendidos únicamente desde el
ámbito de los servicios de Atención Primaria de Salud.
ü Programa específico en salud mental de adultos:
Los trabajadores de la salud, especialmente aquellos que están en la atención
primaria, pueden jugar un papel central en promover la salud mental para
adultos mayores, al trabajar con profesionales de la salud mental, gobiernos
locales, organizaciones de la sociedad, familias y comunidades, para proveer un
cuidado comprehensivo de salud mental y ambientes de respaldo.
En definitiva, la intervención social en Salud
Mental, trata de ayudar a la persona a tratar de comprender a qué obedecen sus
conductas y cómo todo ello incide en las personas que le rodean, trabajando las
posibilidades enmarcadas dentro de la realidad y superando crisis,
dificultades, carencias y pérdidas implicando a la persona en la resolución de
sus problemas y la gestión de los recursos sociales, permitiendo en todo
momento que resurjan alternativas tanto en lo personal, familiar o social a
través del soporte que se estable en el tiempo que dura la relación
terapéutica.
3.4 Trascendencia de la profesión
La Salud Mental, con el lema “soy como tú aunque
aún no lo sepas”. Hablar de la intervención del trabajador social en este área
es hablar del profesional que atiende de manera integral e individualizada las
diferentes situaciones de necesidad que subyacen en las personas que se
encuentran diagnosticadas de una enfermedad mental grave, es el profesional que
contribuye e interviene en el proceso de rehabilitación y recuperación teniendo
como fin último la mejora de su calidad de vida e integración comunitaria.
“Soy como
tú aunque aún no lo sepas” es una llamada que pretende mostrar, no las
necesidades, sino las potencialidades; no la enfermedad, sino las capacidades;
no el estigma, sino la ruptura con el propio autoestima… dicho de otra manera,
es una reivindicación en la recuperación de espacios de igualdad, de
condiciones de legitimidad en derechos y de participación plena en nuestra
comunidad. Los profesionales que intervenimos en la salud mental y
especialmente los trabajadores sociales, somos facilitadores y acompañantes en
este proceso, ya no tanto en la atención de necesidades básicas, sino que
también propiciamos que las personas con enfermedad mental sean actores y protagonistas
de su propio cambio.
Y ¿cómo lo hacemos?, en primer lugar
personalizando, no todo vale para todos. En segundo lugar marcando objetivos
comunes en el que la persona con enfermedad mental hable en primera persona de
sus necesidades pero también de sus anhelos y expectativas, y en tercer lugar
contribuyendo a crear espacios en la comunidad que posibiliten este tránsito. Los
trabajadores sociales cada vez recurrimos menos a las siempre insuficientes
medidas/ayudas de protección social, y establecemos nuestra base de
intervención escudriñando e interpretando las normas que regulan la vivienda,
la formación, el empleo, la atención sanitaria. Nos apoyamos en el tejido
asociativo, hablamos con representantes políticos, con empresarios, con
sindicatos, medios de comunicación, responsables de formación, apelamos a la
responsabilidad social corporativa. Todo ello, teniendo la finalidad de impulsar y crear esos espacios que
posibiliten la participación activa en el entorno, de propiciar el acercamiento
a los recursos sanitarios y de rehabilitación, de lograr alojamientos dignos,
de impulsar acciones formativas que habiliten de competencias acreditadas con
reconocimiento oficial, de impulsar recursos y acciones encaminadas al empleo
protegido, al empleo con apoyos y en empleo normalizado. En definitiva,
estableciendo puentes reales y tangibles que ayuden a canalizar esos legítimos
deseos y anhelos, no de las personas con enfermedad mental, sino de los
ciudadanos de pleno derecho.
UNIDAD #4 PRIORIZACIÓN DE LOS
PROBLEMAS DE SALUD MENTAL
4.1 Clasificación de las enfermedades mentales
Ø Trastornos del
neurodesarrollo: Las
enfermedades mentales vinculadas a alteraciones en el neurodesarrollo forman un
tipo de enfermedad mental caracterizado por la presencia de una serie de
déficits y dificultades en diferentes habilidades y capacidades que se manifiestan
durante el desarrollo madurativo de la persona, apareciendo los primeros
síntomas durante la infancia. Dentro de esta categoría podemos encontrar
dificultades tales como la discapacidad intelectual, el trastorno del espectro
autista, el TDAH o los trastornos del aprendizaje, comunicación o motores.
Ø Trastornos del
espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos: Este tipo de enfermedad presenta una
sintomatología común, y es la presencia de síntomas tanto positivos, es decir
que agregan o exageran algún aspecto a la conducta normativa, como negativos,
en que se disminuye y empobrece la capacidad del sujeto. Dentro de los síntomas
positivos más conocidos se encuentra la presencia de alucinaciones perceptivas
y delirios cognitivos de diferentes tipos, mientras que de entre los negativos
es común la anhedonia, el empobrecimiento del lenguaje y la alogia.
Ø Trastorno bipolar y trastornos
relacionados: Esta alternancia
produce un severo desgaste emocional en el paciente, que pasa de estar completamente
eufórico y con un muy elevado nivel de energía a una situación de tristeza,
desmotivación y desesperanza.
Ø Trastornos
depresivos: La depresión mayor
es uno de los trastornos psicológicos más prevalentes en todo el mundo, siendo
el trastorno más destacado dentro de la categoría de trastornos depresivos. Las
características básicas de este tipo de enfermedades mentales se basan en la
presencia de un estado de tristeza patológica y persistente acompañada de
anhedonia o falta de placer y/o apatía.
Ø Trastornos de
ansiedad: El tipo de trastorno
mental más frecuente tanto en consulta como en la población general, los
trastornos de ansiedad pueden identificarse debido al alto nivel de activación
psicofisiológica que provoca junto con la presencia de un elevado afecto
negativo o malestar.
Ø Trastornos
obsesivo-compulsivos y relacionados:
Este tipo de enfermedad del entorno del TOC se caracteriza por la presencia de
un perfil de conducta rígido e inflexible, la presencia de dudas y un cierto
nivel de perfeccionismo. Pero lo más distintivo y característico de esta
categoría es la presencia de obsesiones, ideas intrusivas y repetitivas que son
reconocidas como propias y en general como absurdas por el propio sujeto.
Ø Trauma y otros
trastornos relacionados con el estrés: Esta
clase de trastorno mental se basa en la vivencia de unas circunstancias vitales
determinadas, o por la presencia o ausencia de un estresor concreto, que siendo
vividas de forma extremadamente aversiva por la persona provocan en el sujeto
un patrón de comportamiento diferente al que tendría si no hubiese vivido
dichas situaciones, y que produce mucho malestar en forma de crisis.
Ø Trastornos de
la alimentación: Anorexia y
bulimia nerviosas son desórdenes mentales de los que frecuentemente oímos hablar.
Estos dos tipos de enfermedades mentales son dos de los principales trastornos
de la alimentación, los cuales son conocidos por la presencia de patrones
alimentarios anómalos.
Ø Trastornos por
uso de sustancias y trastornos adictivos:
El consumo y abuso de sustancias psicoactivas puede provocar graves problemas
en el organismo. Dentro de este tipo de problemas encontramos la adicción,
dependencia, intoxicación y abstinencia a muy diferentes tipos de sustancias,
sean estimulantes, depresoras o perturbadoras.
Ø Trastornos
parafílicos: Las llamadas
parafilias son un tipo de enfermedad mental caracterizado por la presencia de
fantasías intensas y persistentes en las que el objeto de deseo sexual es
anómalo, generalmente teniendo cierta fijación compulsiva en ese tipo de
estímulos que interfieren en la vida o provocan un malestar.
Ø Trastornos de
personalidad: Este tipo de
enfermedad mental supone la presencia de una personalidad que supone un elevado
nivel de sufrimiento a la persona que la tiene o limita en gran medida su vida
y su participación en el mundo. El trastorno límite de la personalidad, la
personalidad antisocial, el trastorno histriónico de la personalidad, la
personalidad obsesiva o la personalidad evitativa son algunos de los trastornos
que forman parte de esta clasificación.
4.2 Formas de priorización
OMS propone priorizar enfermedades mentales en
agendas de salud: La OMS redactó el borrador de un Plan de Acción para la Salud
Mental 2013-2020. De acuerdo con las constataciones hechas por la OMS, estos
problemas constituyen el 13 por ciento de las enfermedades mundiales y la
tercera parte de las no transmisibles en el mundo. Según ese organismo, 350
millones de personas en el mundo padecen depresión, 50 millones sufren
epilepsia, 90 millones conviven con algún desorden de abuso de sustancias y
35,6 millones con mal de Alzheimer y otras demencias.
Diez
prioridades para la integración de la salud mental con la salud física.
1. INCORPORAR LA SALUD MENTAL EN PROGRAMAS DE SALUD
PÚBLICA: Un enfoque más integral en
salud permitirá combatir los determinantes de una pobre salud física y mental
de manera coordinada, con enfoques locales para combinar recursos de distintos
sectores, y priorizando aquellas intervenciones capaces de mejorar la salud
mental y la salud física de forma conjunta.
2. PROMOCIONAR LA SALUD EN PERSONAS CON PROBLEMAS DE
SALUD MENTAL GRAVES: Los pacientes con trastornos mentales severos deberían ser
un grupo prioritario de las intervenciones de salud pública. Estas
intervenciones incluirían la provisión de servicios especializados para apoyar
un estilo de vida más saludable y las revisiones médicas deberían ser
accesibles a todo el mundo. Las entidades comunitarias y las organizaciones de
voluntariado tendrían un papel importante en el cambio a estilos de vida más
saludables, y las familias y los cuidadores también tendrían un papel muy
activo en este proceso.
3. MEJORAR LA GESTIÓN DE LOS SÍNTOMAS MÉDICOS
INEXPLICABLES EN ATENCIÓN PRIMARIA: La evidencia sugiere que una gestión
biopsicosocial prestada en un marco de atención escalonado puede ser efectivo
para una parte de estos pacientes. Los médicos de cabecera tienen un rol
importante en la identificación de los pacientes, la exploración de factores
psicosociales, y reconociendo este tipo de síntomas como reales.
4. FORTALECER LA ATENCIÓN PRIMARIA EN LAS NECESIDADES
DE SALUD SOMÁTICA DE PERSONAS CON ENFERMEDADES MENTALES GRAVES: La
responsabilidad de monitorear y gestionar
la salud física de personas con trastornos mentales graves debe ser
compartida entre la atención primaria y los médicos especialistas en salud
mental, basándose en acuerdos locales y claros. Ello incluiría una prestación
adecuada de revisiones de salud física anuales y una formación al personal de
enfermería que dirige estas revisiones.
5. APOYAR EN SALUD MENTAL A PACIENTES CON PROBLEMAS
DE SALUD DE LARGA DURACIÓN: Estos pacientes deberían recibir atención
psicológica como parte de su tratamiento. Esto incluiría: provisión rutinaria
de educación psicosocial y apoyo en
rehabilitación cardíaca y pulmonar, entre otros; promoción de los grupos de
apoyo e incluyendo psicólogos clínicos en equipos multidisciplinarios para
permitir la transferencia de conocimiento y de habilidades en estos equipos.
6. APOYO EN LA SALUD MENTAL Y EL BIENESTAR DE LOS
CUIDADORES: Las necesidades de salud mental y física de los cuidadores y los
familiares deben ser valoradas como parte de la rutina de la atención prestada
a los pacientes con enfermedades de larga duración, o con enfermedades
terminales.
7. APOYO EN SALUD MENTAL EN HOSPITALES DE AGUDOS: Un
enfoque integral supondría que los profesionales tengan las habilidades
necesarias y la seguridad para gestionar la salud mental de forma apropiada. Los
equipos de atención primaria tendrían la capacidad de ayudar a los pacientes a
realizar ajustes psicológicos a sus enfermedades, o de gestionar los síntomas
médicos inexplicables.
8. GESTIONAR LA SALUD MENTAL Y LA SALUD FÍSICA EN LAS
PLANTAS HOSPITALARIAS: Las personas ingresadas en una planta de salud mental
recibirían un examen físico completo en el momento del ingreso o en las 24
horas posteriores, con los debidos análisis llevados a cabo de forma rápida y bien documentados.
9. PRESTACIÓN DE UNA ATENCIÓN INTEGRADA DE SALUD
MENTAL PERINATAL: En un servicio integrado, la salud mental perinatal la
prestaría un especialista en salud mental perinatal dentro de los servicios de
maternidad, que también formaría a su equipo
trabajaría conjuntamente con ginecólogos, matronas, auxiliares y médicos
de cabecera.
10.
APOYO A LAS
NECESIDADES DE SALUD MENTAL EN CENTROS RESIDENCIALES: Los trabajadores de
residencias deben tener la formación necesaria para ser capaces de detectar y
gestionar la demencia, el delirio, la depresión y otras enfermedades, con el
apoyo y la supervisión de los especialistas. Los médicos de cabecera que
trabajan con gente mayor en residencias deben ser capaces de identificar
aquellas personas con necesidades de apoyo en salud mental, y facilitar
educación y consejo a los cuidadores de la residencia.
4.3 El problema
por grupos etarios y su vinculación con los factores sociales
Tanto
la niñez como la adolescencia son etapas cruciales en el desarrollo humano,
producto de diversos y profundos cambios a nivel físico, social y psicológico.
Según
estudios nacionales e internacionales se estima que la prevalencia de
trastornos psiquiátricos es entre un 15% a 30% de la población menor de 18 años
de edad. Pese a esto, la problemática sólo ha sido abordada focalizando la
atención en los pacientes que presentan psicopatología, sin considerar el
contexto familiar y los factores protectores y de riesgo en salud mental.
La
salud mental es un proceso evolutivo y dinámico de la vida. En este proceso
intervienen múltiples factores: como un normal desarrollo neurobiológico,
factores hereditarios, la educación familiar y escolar, el nivel de bienestar
social, el grado de realización personal y una relación de equilibrio entre las
capacidades del individuo y las demandas sociales.
Dentro
de Psiquiatría, todas las teorías desarrolladas hasta el momento coinciden en
la estructuración de la personalidad depende de la relación que el Individuo
establezca con las personas que le rodea, particularmente durante sus primeros
años de vida, esto es, toda persona nace con una constitución y un temperamento
que determinan las características órgano fisiológicas de su cuerpo y la
tonalidad de respuesta psico afectiva; a esa condición psico biológica de
nacimiento se sumará después todo lo aprendido. La constitución corporal y
psicológica se basa fundamentalmente en la herencia de sus antepasados y en las
influencias biológicas prenatales.
La
satisfacción como la frustración de las necesidades vendrán del ambiente y al
principio está representado principalmente por la madre, después se agrega el
padre, los hermanitos, la familia extensa, el vecindario, las amistades, las
comunidad local, la nacional y hasta la internacional, ahora con mayor
facilidad dado los avances de la tecnología moderna. Si el ambiente es
fundamentalmente satisfactorio, con poca frustración, el sujeto crece con
seguridad de sí mismo, con una interacción positiva con su medio, con un
carácter que nos permite mejorar la tensión, la frustración o la agresión,
disfrutar de todas las etapas de la vida, sin querer adelantar, pero tampoco estancarse
y menos aún hacer regresiones y optar por actitudes constructivas hacia todos
los seres humanos. Si por el contrario, el ambiente resultados de la búsqueda
principalmente frustrado, el Niño pequeño sentirá angustia y desarrollará
conductas defensivas queriendo obtener o recuperar la satisfacción de sus
necesidades Psicológicas; cuando el sujeto es mayor, entonces se trata de un
mecanismo de defensa, así como de reprimirá y sepultará su inconsciente, desde
donde influirán en su conducta. Si es el carácter predomina la frustración, los
pasos son hacia la inmadurez, el rendimiento por un individuo susceptible, el
inseguro muy necesario, la destrucción, la inestabilidad y la situación de
tensión que no puede manejar, desarrollará las reacciones neuróticas. Los seres
humanos, permanentemente están en movimiento, su pensamiento, emociones y
estado de ánimo fluctúan de un extremo a otro, difícilmente es posible Imaginar
que son estáticos y que ante los eventos externos, especialmente no tendremos
ninguna reacción.
1.4 Infancia
Considerada la tercera etapa del ciclo vital del
ser humano, se puede dividir en:
v postnatal y escolar;
v Primera, segunda y tercera infancia y
v Infancia temprana, media y tardía
Esta clasificación depende del autor que se
consulte, para nuestro caso en particular, nos basaremos en la primera, la
postnatal, las acciones se encaminarán y preservaremos mejorar la salud mental
del niño de cero a cinco años, las cuales se realizan principalmente en el
hogar, donde sí imprimen los rasgos esenciales, en donde el pensamiento mágico
evoluciona hasta llegar al lógico y al mismo tiempo pasa por las siguientes
etapas de su vida .Otro aspecto fundamental en esta edad, es la estructuración
de la personalidad, bajo la responsabilidad principal de los padres, pero
también participantes de segunda Instancia en los educadores o maestros y todas
aquellas personas encargadas de guiar los infantes por un largo tiempo, pero
queda definida alrededor de los siete u ocho años.
Es la personalidad inadecuada de los padres, que
le expresan rechazo o al revés sobreprotección; en ocasiones recibe franca
agresión o limitantes; falta de autoridad o rigidez. De no contar con la
familia armónica, capaz de cubrirle sus necesidades emocionales y desarrollo,
el niño presentará alteraciones en su proceso: Los Primeros trastornos suelen
darse en los hábitos de esquina, (anorexia, bulimia, etc.); de dormir,
(insomnios, terrores nocturnos, sonambulismo); del lenguaje, (regresiones,
dislalias, distraías,); y de conducta (algunas de ellas son, chuparse el dedo
compulsivamente, comerse las uñas, manipulación genital persistente). En cuanto
a la alteración de su relación con los demás, están los trastornos de ansiedad,
angustia de separación, conductas de evitación o timidez, agresividad
incontrolada, rabietas, trastorno de la conducta adaptativa como son los celos,
hurtos, mentiras, temores.
Durante la etapa escolar, se muestran todas las
acciones orientadas se mantienen mejoran la salud mental del niño, de seis a
doce años y después de la familia, el aprendizaje de la vida en grupos, va a
tenerlo en la escuela, donde ahora es más clara es la obligación de compartir
sus derechos por igual; las normas externas están escritas, se hacen más
rígidas, con sanciones específicas para quien no las cumple, aumenta la
disciplina y las responsabilidades, entra en contacto con los valores y
costumbres del grupo comunitario en el que vive. La conducta del individuo está
influenciada por reacciones emocionales. Cabe mencionar tres componentes de las
emociones: experiencia consciente, respuesta psicológica y conducta expresiva.
Uno de los factores que son influyentes
en la conducta de nuestros hijos y en la nuestra, son los factores sociales,
siendo necesario vincular el agente primario, la familia.
A nivel escolar, se considera que las conductas o
comportamientos agresivos en la primera infancia, están dentro de un proceso de socialización acorde a la edad de
tres años. Se hace necesario relacionar al niño con el medio, más
específicamente el conocer a quienes le rodean
para “enriquecer su pensamiento.
Ampliando conocimientos entorno a las diferentes funciones sociales.
4.5
Adolescencia
La adolescencia, por ser un período crítico
sometido a constantes cambios en el desarrollo físico, psíquico y social del
adolescente, así como también en el marco familiar en que éste se desenvuelve,
se considera como un período de riesgo en el cual pueden darse las bases para
la aparición de síntomas y enfermedades, así como también de alteraciones de la
personalidad. Este período de la vida es primordialmente el duelo, ya que se
produce una pérdida del cuerpo, los roles y la personalidad infantil, y por lo
tanto un mayor dominio de sus impulsos. Los problemas que se presentan
comúnmente son: la atracción hacia el sexo, la masturbación y la permisividad
para tener relaciones sexuales, sobre todo las varones, antes del matrimonio,
que no se puede contar con una adecuada información, se corre el riesgo de
contraer enfermedades venéreas, que habitualmente se pueden dejar de lado,
secuelas, entre ellas de esterilidad, y aún la muerte como el caso del SIDA.
Otro riesgo es el de un embarazo no planeado, que se levanta a los conflictos
morales y legales. Por otro lado, un adolescente con una personalidad mal
integrada, se vuelve inseguro y más necesitado de aprobación que lo habitual en
esa edad, se desarrollan.
Tradicionalmente se dice que un adolescente-joven
es rebelde, pues en este tipo de conductas sociales, el ascetismo, que se
manifiesta por la captación de grandes ideales y la renuncia a los placeres
corporales, como una forma de controlar y los resultados de esta etapa;
Intentar reafirmar su identidad, su idealismo con la injusticia social, la
falsedad, la deshumanización y una gran frustración de las posibilidades del
desarrollo, la atención, la creatividad, la expresión, la creatividad, la
expresión, la diversidad, los medios, las formas, como el estilo de vestimenta,
peinado, música o pintura(graffiti); Esto no se puede hacer, pero esta
situación de inconformidad y desorientación, los jóvenes pueden desviarse hacia
actitudes de agresión en forma de pandillerismo, delincuencia, protestas
violentas y hasta la autodestrucción, respecto al ámbito social, a menudo verso
a través de los ojos de sus compañeros y su autoestima puede sentirse
disminuida ante cualquier desviación en su apariencia física, el grupo de
compañeros se convierte en un espacio intermedio entre la familia, la escuela y
la sociedad. Por lo tanto una personalidad deficiente integrada en el adolescente-joven,
inseguridad motiva, desarrollo de estados ansiosos, reacciones neuróticas,
síntomas obsesivos-compulsivos y estados depresivos, aunado a la herencia
psicológica y / o un ambiente familiar adecuado, los trastornos del esquema
corporal que de por sí generado al joven "normal",
Algunos factores sociales y ambientales que pueden
conducir a resultados negativos en los jóvenes. Como principales factores de
riesgo social tenemos:
1. Inadecuado
ambiente familiar. Es necesario que exista un soporte familiar abierto,
capaz de asimilar los cambios requeridos para la individualización del
adolescente.
2. Pertenencia
a grupos antisociales. Este factor tiene como causa fundamental la
satisfacción de la necesidad de autoafirmación y la necesidad del seguimiento
del código grupal.
3. La
promiscuidad. Es un factor de riesgo social que no sólo puede ser
motivo de embarazos precoces y enfermedades de transmisión sexual, sino que
también propicia una autovaloración y autoestima negativas que puede deformar
la personalidad del adolescente.
4. Abandono
escolar y laboral. Este hecho provoca que el adolescente se halle
desvinculado de la sociedad, y no encuentre la posibilidad de una
autoafirmación positiva, al disminuir las posibilidades de comprobar sus
destrezas para enfrentar los problemas y asumir responsabilidades, lo cual
resquebraja su autoestima, la confianza en sí mismo y en sus posibilidades de
desarrollo social.
5. Bajo
nivel escolar, cultural y económico. Estos son elementos considerados
como protectores del desarrollo y la salud y el hecho de presentar un déficit
en ellos le impide al adolescente un enfrentamiento adecuado a las situaciones
de conflicto.
De manera general podemos decir que el manejo de
estos factores de riesgo permite identificar a aquellos adolescentes que están
más expuestos a sufrir los daños que los aquejan, por lo que la sociedad y el
sistema de salud deben propiciar el desarrollo de factores protectores que
apoyen el crecimiento y la maduración sana del adolescente, como son el establecimiento
y el logro de una adecuada autoestima, que le brinde posibilidades de enfrentar
problemas con responsabilidad; además de oportunidades de autoafirmación
positiva, y le proporcione espacios sociales adecuados para lograr un soporte
familiar abierto y brindar oportunidad de superación educacional y cultural que
le faciliten la solución a los problemas.
4.6 Adultez
Existen numerosos factores biológicos,
psicológicos y sociales con impacto más o menos prominente en la salud mental
de las personas adultas mayores. Aparte de componentes derivados de los
procesos normales de envejecimiento o de la coocurrencia de enfermedades
médicas diversas, eventos como la muerte de un ser querido, la jubilación o la
discapacidad, contribuyen significativamente a una variedad de problemas
mentales o emocionales en esta fase del ciclo vital.
A lo largo de la vida son muchos los factores
sociales, psíquicos y biológicos que determinan la salud mental de las
personas. Además de las causas generales de tensión con que se enfrenta todo el
mundo, muchos adultos mayores se ven privados de la capacidad de vivir
independientemente por dificultades de movilidad, dolor crónico, fragilidad u
otros problemas mentales o físicos, de modo que necesitan asistencia a largo
plazo. Además, entre los ancianos son más frecuentes experiencias como el dolor
por la muerte de un ser querido, un descenso del nivel socioeconómico como
consecuencia de la jubilación o la discapacidad. Todos estos factores pueden ocasionarles aislamiento, pérdida de
la independencia, soledad y angustia.
La salud mental influye en la salude del cuerpo, y
a la inversa. Por ejemplo, los adultos mayores con enfermedades como las
cardiopatías presentan tasas más elevadas de depresión que quienes no padecen
problemas médicos. Por el contrario, la coexistencia de depresión no tratada y
cardiopatía en una persona mayor puede empeorar esta última. Los adultos
mayores también son vulnerables al maltrato, sea físico, sexual, psicológico,
emocional, económico o material; al abandono; a la falta de atención y a graves
pérdidas de dignidad y respeto. Los datos actuales indican que una de cada 10
personas mayores sufre maltrato. El maltrato de las personas mayores no se
limita a causar lesiones físicas sino también graves problemas psíquicos de
carácter crónico, como la depresión o la ansiedad.
·
Demencia:
Es un síndrome que se caracteriza por la mengua de la memoria y la capacidad de
pensar, trastornos del comportamiento e incapacidad para realizar las actividades
de vida cotidiana. Afecta principalmente a los ancianos. La demencia lleva
aparejados problemas sociales y económicos de envergadura por lo que toca a los
costos de asistencia médica, social e informal que impone.
·
Depresión: Los
adultos mayores con depresión tienen un desempeño más eficiente en comparación
con los que padecen enfermedades crónicas como las enfermedades pulmonares, la
hipertensión arterial o la diabetes sacarina. Este trastorno también aumenta la
percepción de tener mala salud, la utilización de los servicios médicos y los
costos de la asistencia sanitaria.
1.7 Vejez
Los trastornos mentales son bastante frecuentes en
las personas de edad avanzada, sin embargo, son menos comunes en comparación
con los pacientes más jóvenes, posiblemente como consecuencia de que los
primeros disponen de más estrategias para la aceptación y la adaptación a
ciertas circunstancias estresantes; además, parecen estar mejor preparados para
alejarse de las situaciones asociadas con afectos emocionales adversos. No
obstante muchos trastornos mentales en los pacientes de edad avanzada no son
diagnosticados y tratados de manera apropiada, con consecuencias muy
desfavorables en términos de la salud.
Es importante que los prestadores de asistencia
sanitaria y la sociedad en su conjunto presten atención a las necesidades
especiales de los grupos de población de edad mayor mediantes las siguientes
medidas:
Ø Capacitación de los profesionales en la atención
de los ancianos.
Ø Prevención y atención de las enfermedades crónicas
que acompañan a la vejez, como los problemas mentales, neurales y por abuso de sustancias
psicotrópicas.
Ø Elaboración de políticas sostenibles sobre la
asistencia a largo plazo y los cuidados paliativos.
Ø Creación de servicios y entornos que favorecen a
las personas de edad.
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